Observando
esa actividad tan clásica de perros, en las que se ve como persiguen con entusiasmo y un
apasionado interés en querer morder el vehículo, llegué a la siguiente
conclusión: los perros persiguen a los autos porque son territoriales.
La teoría
es la siguiente:
Los perros
tienen atracción a los vehículos, ya sean motos, bicis o automóviles en dos
formas, para orinarlos y para ladrarles y perseguirlos.
Un perro
marca su territorio con la orina y todo objeto nuevo que se presente en su territorio
será orinado para marcarlo. Cuando esta marca transportada en la rueda de un automóvil
entra al territorio de otra jauría, es considerada una invasión, entontes los
perros “creen” que hay un enemigo en ese medio de transporte, que otro perro se
atrevió a marcar en su territorio.
Usen un
auto orinado por un perro y paséenlo por la ciudad y sucede eso, laven con
profundidad ese vehículo y hagan el mismo recorrido y la reacción de los canes
no va a ser la misma.
En
conclusión, los perros persiguen a los autos porque fueron orinados antes.
Hoy desperté recordando la escena de la película Sueño de Libertad (The Shawshank Redemption es el título original) cuando el viejo Brooks le quiere cortar la garganta a Heywood para que no le den la libertad…
Busqué la escena en YouTube y me dejó pensando en las últimas palabras que menciona Red: “These walls are funny. First you hate them, then you get used to them. After long enough, you get so you depend on them. That's institutionalized.” (Estas paredes son curiosas, Primero las odias, después llegas a acostumbrarte. Después de un largo tiempo, llegas a depender de ellas. Eso es institucionalizarse).
Eso lo he visto muchas veces y lo llego a ver a veces en mí, tu vida se puede convertir en una cárcel si estás descontento con tu situación económica, tu situación laboral, hasta con tu pareja o puede ser también la ciudad donde vives.
Y ese algo, esa piedrita en el zapato, se vuelve un tormento, una situación que al principio odias, te molesta todos los días ir al mismo lugar, hacer las mismas cosas, el mismo trabajo en el que estás insatisfecho, donde te sientes un esclavo, donde sientes que te tratan mal y sabes que mereces algo mejor. Pero no haces nada y te terminas acostumbrando a sufrir a sentirte mal. ¿Por qué? ¿Por miedo? ¿Falta de interés a buscar algo diferente? ¿Sientes que es lo que te mereces? ¿Crees que todo es igual? Hay tantas razones o escusas que te das que terminas sofocándote por ti mismo. Pero, para colmo, no termina ahí, se vuelve peor, llega la última etapa, la dependencia, te terminas convenciendo que la situación que vives es lo que debes vivir, que no merece la pena cambiar, que así tiene que ser: insatisfecho, infeliz, desafortunado de por vida, ese es el destino que te creas, te vuelves institucionalizado.
El salir de esas cuatro paredes que has creado en tu mente implica arriesgarte, y si lo vas a hacer hazlo con el corazón, hazlo decidido, hazlo consiente, porque debes estar preparado para todas las oportunidades que se te van presentar y además, debes estar preparado para todos los obstáculos con los que te vas a encontrar. Ten listo un plan B, incluso un plan C, porque no está escrito que liberarte de tu problema implica felicidad, implica compromiso, implica sacrificio y sobre todo mucha experiencia para seguir adelante y no volver a tropezar con la misma piedra. Sinceramente, la única forma de encontrar tu felicidad es buscándola…
Y yo quiero buscar mi felicidad, quiero seguir adelante y quiero que tú también busques la tuya y si es junto a mí, perfecto y si no, de todo corazón te deseo lo mejor.
Todos llegamos con buena estrella, lo que pasa es que muchas veces nos olvidamos mirar al cielo.
Ya se, aquí va a surgir un dilema: "¿cómo se dice, plegostioso o pegostioso?", la verdad a mi no me importa, plegostioso lo he usado desde que tengo uso de razón, está integrada a mis palabras diarias, está pegada a mi, es una palabra muy... plegostiosa, me piden de repente que mejor diga pegajoso... pero pegajoso me quita personalidad, como si la frase generada no me perteneciera, no tuviera de mi y no fuera dueño de lo que diga. Y es que plegostioso está adherida a mi historia: fui apicultor y gracias a este fabuloso oficio descubrí lo fascinante que es meter las manos en un bote lleno de miel, levantarlas y sentir como se te desparrama en esos pequeños hilos que buscan regresar al letargo, que te hipnotizan provocando meterte los dedos en la boca para empalagarte hasta el alma sin importarte quedar embarrado de pies a cabeza... y al final, por mas que hayas lamido tus manos hasta el cansancio, va a quedar esa sensación en la que los dedos se te pegan, esa sensación de saciedad de dulzura... esa sensación de estar plegostioso.
Ya con el simple hecho de apellidarte así, tienes suficiente, no solamente has logrado obtener un apellido muy singular si no que has logrado un crecimiento exponencial a tu segundo apellido, Bastante Lopez, no eres un Lopez común sino que eres muy Lopez, un reLopez que ha logrado ser la gota de la familia materna que provoca que el vaso se vea medio lleno o bastante lleno si lo ves con pesimismo, ni vayas a creer que te salvas con ignorar el apellido materno porque siempre van a pasar lista en la escuela empezando por el apellido, Aguirre Miguel… presente… Bastante Juan…presente…, no fue suficiente con que tus padres te dieran el apellido si no que también ni se esforzaron para darte un nombre un poco más complejo, por lo menos pasando a la lista de los menos pronunciados en un aula, pero van y te ponen uno de los nombres que es una epidemia en países de habla hispana, ojo, con esto no quiero decir que mi nombre es de lo más sofisticado e ingenioso, de hecho mi nombre fue robado de algún galán o héroe de alguna novela del horario de la siesta, nos estamos desviando y si no me lo creen que es epidemia, hagan un sondeo y pregunten en un piquete en pleno 9 de julio en Buenos Aires o una mega marcha sobre Reforma en la ciudad de México y les aseguro… les apuesto que la mitad de los involucrados de tan insensata faena, la mitad de las grandes mentes que se encuentran en ese gran revoltijo de… personas… por así decirlo si quieres llamarles personas, adelante no te detengo, es tu opinión y como tal la respeto más no la practico… la mitad de esa cantidad, que nunca llega ser suficiente, la mitad se llama Juan… y no son bastante, quizás alguno lleve el apellido como tú, pero nunca serán bastante, tienen que ser cada vez más para poder hacer sus revueltas sus quejas acumulativas porque hay que dejarlas expresarse, tenemos libertad de expresión en nuestro país por tanto hay que dejarlas sin preocuparse que atropeyen nuestra libertad... pero en fin ya tenemos bastante y además ya tenemos Bastante como la primera palabra...
Uno de mis hobbies es coleccionar palabras, tomarlas de conversaciones ajenas, de frases en el aire, de frases embarradas en alguna pared, de una lista de regalos de una tienda departamental, en una lista de morosos o en aquella curiosa colección de frases de un baño público. Esas palabras que vuelan y cuando chocan con tu ser te llaman soberanamente la atención por cualquier forma, desde la forma en que está escrita hasta su significado personal, histórico, familiar.
Colecciono palabras y las archivo y las separo cuidadosamente, colecciono apellidos, nombres, lugares, verbos, sustantivos, adjetivos, no me importa el origen, no me importa el idioma, ni su pasado, muchos menos su futuro… colecciono palabras, deliciosas palabras.