viernes, 8 de abril de 2011
PLEGOSTIOSO (adjetivo calificativo)
Ya se, aquí va a surgir un dilema: "¿cómo se dice, plegostioso o pegostioso?", la verdad a mi no me importa, plegostioso lo he usado desde que tengo uso de razón, está integrada a mis palabras diarias, está pegada a mi, es una palabra muy... plegostiosa, me piden de repente que mejor diga pegajoso... pero pegajoso me quita personalidad, como si la frase generada no me perteneciera, no tuviera de mi y no fuera dueño de lo que diga. Y es que plegostioso está adherida a mi historia: fui apicultor y gracias a este fabuloso oficio descubrí lo fascinante que es meter las manos en un bote lleno de miel, levantarlas y sentir como se te desparrama en esos pequeños hilos que buscan regresar al letargo, que te hipnotizan provocando meterte los dedos en la boca para empalagarte hasta el alma sin importarte quedar embarrado de pies a cabeza... y al final, por mas que hayas lamido tus manos hasta el cansancio, va a quedar esa sensación en la que los dedos se te pegan, esa sensación de saciedad de dulzura... esa sensación de estar plegostioso.
miércoles, 16 de marzo de 2011
BASTANTE (apellido)
Ya con el simple hecho de apellidarte así, tienes suficiente, no solamente has logrado obtener un apellido muy singular si no que has logrado un crecimiento exponencial a tu segundo apellido, Bastante Lopez, no eres un Lopez común sino que eres muy Lopez, un reLopez que ha logrado ser la gota de la familia materna que provoca que el vaso se vea medio lleno o bastante lleno si lo ves con pesimismo, ni vayas a creer que te salvas con ignorar el apellido materno porque siempre van a pasar lista en la escuela empezando por el apellido, Aguirre Miguel… presente… Bastante Juan…presente…, no fue suficiente con que tus padres te dieran el apellido si no que también ni se esforzaron para darte un nombre un poco más complejo, por lo menos pasando a la lista de los menos pronunciados en un aula, pero van y te ponen uno de los nombres que es una epidemia en países de habla hispana, ojo, con esto no quiero decir que mi nombre es de lo más sofisticado e ingenioso, de hecho mi nombre fue robado de algún galán o héroe de alguna novela del horario de la siesta, nos estamos desviando y si no me lo creen que es epidemia, hagan un sondeo y pregunten en un piquete en pleno 9 de julio en Buenos Aires o una mega marcha sobre Reforma en la ciudad de México y les aseguro… les apuesto que la mitad de los involucrados de tan insensata faena, la mitad de las grandes mentes que se encuentran en ese gran revoltijo de… personas… por así decirlo si quieres llamarles personas, adelante no te detengo, es tu opinión y como tal la respeto más no la practico… la mitad de esa cantidad, que nunca llega ser suficiente, la mitad se llama Juan… y no son bastante, quizás alguno lleve el apellido como tú, pero nunca serán bastante, tienen que ser cada vez más para poder hacer sus revueltas sus quejas acumulativas porque hay que dejarlas expresarse, tenemos libertad de expresión en nuestro país por tanto hay que dejarlas sin preocuparse que atropeyen nuestra libertad... pero en fin ya tenemos bastante y además ya tenemos Bastante como la primera palabra...
viernes, 25 de febrero de 2011
Introduciéndome
Uno de mis hobbies es coleccionar palabras, tomarlas de conversaciones ajenas, de frases en el aire, de frases embarradas en alguna pared, de una lista de regalos de una tienda departamental, en una lista de morosos o en aquella curiosa colección de frases de un baño público. Esas palabras que vuelan y cuando chocan con tu ser te llaman soberanamente la atención por cualquier forma, desde la forma en que está escrita hasta su significado personal, histórico, familiar.
Colecciono palabras y las archivo y las separo cuidadosamente, colecciono apellidos, nombres, lugares, verbos, sustantivos, adjetivos, no me importa el origen, no me importa el idioma, ni su pasado, muchos menos su futuro… colecciono palabras, deliciosas palabras.
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